El ataque con 'cócteles molotov' contra un autobús urbano en el barrio bilbaíno de Rekalde obligó la noche del viernes a desalojar un edificio de viviendas, cuyos vecinos se vieron sorprendidos por las llamas que calcinaron el autocar, afectaron a varios turismos aparcados en la zona y ennegrecieron la fachada y persianas de su inmueble.
El sabotaje hizo necesaria la presencia de los Bomberos de Bilbao para sofocar las llamas. La acción de los radicales se produjo en una zona en curva y muy estrecha, lo que facilitó que las llamas se propagaran a otros vehículos y al edificio de viviendas.
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