Translate

3.3.13

Los Bomberos hacen cantera en Miribilla

Los Bomberos de Bilbao tuvieron que redoblar ayer sus esfuerzos. Y es que no se imaginaban ni por asomo la que se les venía encima. Unos 3.000 niños acudieron a la jornada de puertas abiertas que los profesionales habían preparado con motivo de la festividad de San Juan de Dios. Espoleados por el buen tiempo, las familias respondieron y en el parque se llenó hasta la bandera. «Estamos desbordados. Este año es el que más público ha venido con mucha diferencia», relataba Txus Romero, al tiempo que se felicitaba de que «¡en Bilbao hay cantera! El día de mañana no sé a qué querrán dedicarse, pero hoy todos lo tienen claro: Bomberos»
Pasear en el camión de los Bomberos fue uno de los grandes reclamos de la jornada. :: LUIS ÁNGEL GÓMEZ
 Los más pequeños se quedaron en los hinchables y balancines. Los mayores, en cambio, querían probar las emociones fuertes del renovado parque: escalas que subían a los más valientes a 30 metros de altura, una galería de humo... La gran afluencia de público provocó que, desde primera hora, empezaran a formarse largas colas, donde algunos llegaron a estar más de media hora. Irati miraba cómo otros niños se tiraban desde la tirolina. Ella no se pudo montar porque había llegado tarde y «hay tanta gente...». De todos modos, sí pudo subir al Gargantúa, que otro año más mantiene su gancho. «Encima se me ha quedado un pie enganchado cuando bajaba», decía la pequeña de 8 años.
Aparcados en fila, los camiones impresionaron a los más pequeños. Ninguno se resistía a subir en sus cabinas y tocar todo lo que les llamara la atención, mientras sus padres, orgullosos, les retrataban con los móviles. Y es que ellos eran los protagonistas. Cascos, chaquetones, botas... El vestuario era otro de los grandes reclamos. Oier, a sus tres añitos, no quería marcharse de las instalaciones sin probarse toda la indumentaria. Apenas se le veía. Su amama y aitite, que le acompañaron en la excursión, no paraban de reírse al verle. A pesar de su predisposición a la hora de participar en todas las actividades, él no se veía a sí mismo en el futuro como un 'apagafuegos'. «Yo lo que quiero ser es cortapelos», decía.
La jornada resultó todo un éxito. La avalancha infantil se diluyó deseosa de repetir la experiencia el próximo año, mientras los anfitriones no ocultaban su satisfacción.

elcorreo.com

No hay comentarios: