Los Bomberos de Bilbao han tenido que trabajar a destajo durante esta semana. Hasta cinco incendios se han declarado en apenas siete días, la mayor parte de ellos originados por «descuidos», destacó ayer el propio alcalde, Iñaki Azkuna. El último fuego comenzaba a propagarse a mediodía de ayer, en Alameda de Recalde y aunque no causó heridos, provocó «importantes daños materiales».
Foto:Fernando Gomez
La oleada de siniestros se desató en la madrugada del pasado sábado en la zona de Castrejana. Las llamas calcinaron un viejo inmueble de madera y cuatro personas, tres de ellas menores, resultaron heridas. Mientras las víctimas se recuperaban, los bomberos tuvieron que desplegar de nuevo las mangueras en la tarde del martes. Un siniestro originado en el cuarto de oficio del Hotel Ibis afectó a tres de sus trabajadores, atendidos por inhalación de humos.En la medianoche del miércoles, «un descuido en la cocina» de una familia estuvo a punto de desatar la tragedia en Ollerías Bajas. Y la rápida intervención de los bomberos fue crucial de nuevo en la madrugada del jueves. Un nuevo incendio originado en una vivienda de Barrencalle despertó a los vecinos del Casco Viejo. Tan sólo doce horas después, las alarmas saltaron de nuevo. Pasadas las dos de la tarde, los Bomberos recibieron un nuevo aviso. Las llamas habían comenzado a devorar el tejado del edificio del número 3 de Alameda de Recalde. Al parecer, el siniestro se produjo cuando «unos operarios colocaban una tela asfáltica en la cubierta del inmueble», indicaron portavoces municipales.
Las cuatro dotaciones de Bomberos desplegadas en el lugar de los hechos estuvieron trabajando durante casi cuatro horas hasta lograr extinguir el fuego. Según detalló el concejal de Seguridad Ciudadana, Eduardo Maiz, los efectivos tuvieron que levantar «teja a teja» la cubierta, ya que el fuego se había propagado bajo su estructura de madera.
Los 16 vecinos de los nueve apartamentos del inmueble tuvieron que ser desalojados a causa del suceso. Además, los habitantes del último piso del edificio contiguo tuvieron que abandonar sus viviendas. Aunque la mayoría pudo regresar a sus casas a lo largo de la tarde, los propietarios de las últimas plantas del edificio siniestrado no pudieron pasar la noche en sus hogares. «Los apartamentos están muy afectados por el fuego y, además, no tienen techo», confirmaron portavoces municipales.
Tres familias en un piso
El jueves a la una y cuarto de la madrugada, el inmueble de cuatro alturas, sito en Barrencalle 40, comenzó a arder debido a un incendio originado en la última planta, donde residían tres familias en alquiler. El tejado quedó completamente «destruido», señalaron los técnicos de la sociedad municipal de rehabilitación, Surbisa. El fuego afectó también al tercer piso, donde se produjeron «pequeños desprendimientos». Las llamas, de origen desconocido, fueron sofocadas dos horas más tarde.
El número 42 de la misma calle y el 4 del cantón cercano fueron evacuados para evitar posibles «daños personales». Los habitantes de ambos portales volvieron a sus casas cuando los bomberos comprobaron que no existía riesgo. El agua empleada en las tareas de extinción anegó alguna de estas viviendas. Así lo relataba ayer Josefa Alcorta, residente en la primera planta del edificio. «He estado toda la noche sin luz. Además tengo humedades», explica.
El número 42 de la misma calle y el 4 del cantón cercano fueron evacuados para evitar posibles «daños personales». Los habitantes de ambos portales volvieron a sus casas cuando los bomberos comprobaron que no existía riesgo. El agua empleada en las tareas de extinción anegó alguna de estas viviendas. Así lo relataba ayer Josefa Alcorta, residente en la primera planta del edificio. «He estado toda la noche sin luz. Además tengo humedades», explica.
Eduardo Maiz detalló que, en un primer momento, «una pareja con un hijo y otra mujer con un menor» fueron realojados en un hotel. Sobre las siete de la tarde, dos vecinos más aceptaron el ofrecimiento de los servicios sociales. La cifra de alojados podría ascender a nueve si finalmente la madre del chaval junto a sus otros dos hijos decidiera solicitar la ayuda. Los residentes del segundo y tercer piso decidieron pasar la noche con sus allegados. Para descartar males mayores, cinco personas que sufrieron quemaduras fueron atendidas por los sanitarios en el lugar de los hechos.
elcorreo.com
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