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21.3.11

Los vigilantes de la ría

La Unidad de Rescate Acuático de los Bomberos de Bilbao vigilan la ría las 24 horas los 365 días del año. (Zigor Alkorta)

Bilbao presenta una perspectiva diferente a ras del agua. Sobre la lámina, la cuidad y sus habitantes pintan distintos. Ni mejores ni peores, pero con un cariz que pocos tienen el privilegio de contemplar. Nacho y Jordi son dos de esos afortunados que cada día ven pasar la vida en la capital vizcaina a ras de ría, a bordo de la nueva lancha de rescate del Cuerpo de Bomberos de la villa. La Unidad de Rescate Acuático está compuesta por 24 bomberos que trabajan las 24 horas del día los 365 días del año divididos en seis grupos, "incluso en navidades", bromea Jordi. Cada grupo se compone de cuatro personas, tres están en activo y la cuarta se mantiene de reserva. También realizan tareas preventivas en actividades lúdicas en la ría. "Estamos presentes en todas las incidencias que puedan darse", explica Nacho.

Lo hacen gracias a las llamadas de aviso de los ciudadanos y de la Policía Local. "No tenemos un local junto al agua para patrullar todo el día por la ría", indica Jordi. Por lo menos, de momento, ya que con la puesta en marcha del parque de Bomberos bajo el puente de Deusto cubrirán esta carencia, dándoles un mayor acceso al agua. "Proyectamos dejar las embarcaciones bajo el puente y tener los equipos de submarinismo en las instalaciones del mismo, pero lo descartaron porque es una zona con mucha corriente", matizan.

DE otra pasta Jordi y Nacho pertenecen a la unidad de Rescate Acuático desde hace casi una década, su trabajo está avalado por más de veinte años de experiencia como bomberos. Un trabajo no apto para todos, ya que, para convertirse en submarinista de rescate hay que estar hecho de otra pasta. Lo primero es no tener claustrofobia, controlar los nervios y, ante todo, amar el medio acuático, "de lo contrario, por mucho que te empeñes al final no podrás con ello", explica Nacho. Y es que, en la mayor parte de los rescates, búsquedas y reconocimientos trabajan a ciegas bajo el agua, poniendo en peligro sus vidas. "El problema es el agua, no te deja ver nada. Y luego, lo que te encuentras debajo, porque aunque conocemos la ría el fondo es muy irregular y la lluvia arrastra mucha porquería", cuenta Jordi.

El tiempo de actuación en los rescates acuáticos es un componente, literalmente, vital. Actualmente, la unidad de hombres rana tiene su base en el parque de Garrellano. Desde allí, tardan entre 7 y 8 minutos en estar en el agua buscando a la víctima con el equipo completo, "son intervenciones rápidas", asegura Jordi. "A veces es tarde. Rescatamos a muchas personas con vida, pero otras se ahogan", lamentaba Nacho. Durante el pasado año, llevaron a cabo 18 intervenciones en la ría; en cuatro ocasiones, la víctima falleció, mientras que el resto fueron rescatadas con vida o salieron por sus propios medios.

Supervivencia Sobrevivir a una caída en la ría es complicado y más en invierno. "El agua está a 8 grados y en poco tiempo te quedas sin fuerzas y te ahogas", aclara Nacho. También depende de la edad y de la fuerza. "Recuerdo un caso en pleno enero en el que un chico se lanzó con su coche a la ría cerca del puente de San Antón para huir de la policía. Consiguió salir, nadó 5 metros y se hundió. La hipotermia pudo con él", narra Jordi. Uno de los últimos ahogamientos en los que intervinieron fue el de una mujer de 79 años en Bilbao a pesar de que un joven trató de salvarla. Algo que califican como una inconsciencia. "Las personas mayores se suelen caer porque bajan a las escaleras y se resbalan con el verdín", afirman. La corriente les arrastra y el frío y el no saber nadar bien hacen el resto. "Hay que tranquilizarse y dejarse llevar hasta la siguiente salida", recomienda Jordi. "En Bilbao debería haber flotadores unidos a la orilla. Así, en caso de emergencia poder lanzarlo, porque se dan casos en los que la gente ve cómo alguien se está ahogando y no pueden hacer nada para ayudarles", opina Nacho.



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