La caída de unos cascotes sobre la acera a la altura del número 26 de la calle Iparraguirre alarmó a los vecinos del céntrico edificio. Los trozos desconchados del alero no alcanzaron a nadie, pero complicaron la circulación en la céntrica calle bilbaína. Los propios residentes avisaron, alrededor de las once y media de la mañana, al parque municipal de los Bomberos en Garellano, que movilizó varias dotaciones.
Agentes de la Policía Municipal de Bilbao acordonaron parcialmente la calle, concretamente un carril y la acera donde se había producido el desprendimiento, para evitar daños personales. Mientras, los Bomberos desplegaron la escala y comenzaron a retirar cascotes del alero. Ante el estado de deterioro que presentaba el exterior del viejo edificio, los miembros del servicio de extinción de incendios tuvieron que sanear prácticamente toda la fachada, según informó ayer un portavoz del Consistorio bilbaíno.
Recogieron varios sacos de escombro y emplearon horas en revisar todo el bloque. La calle Iparraguirre permaneció cortada durante dos horas y media hasta que, alrededor de las dos de la tarde, los Bomberos dieron por terminada su labor. Los técnicos del Ayuntamiento han multiplicado las revisiones de los edificios antiguos en Bilbao desde que en noviembre de 2010 una joven de 31 años falleció al caerle encima un trozo de fachada cuando caminaba por la Gran Vía. La pieza, de varios kilos de peso, se desgajó del quinto piso.
elcorreo.com
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