Empleados de una funeraria trasladan el cadáver al Instituto de Medicina Legal de Bilbao. :: LUIS CALABOR
Urbano Ortega, un viudo de 79 años, murió ayer en su domicilio, el tercero derecha de la calle Ugarte del barrio bilbaíno de Otxarkoaga, al incendiarse el colchón en el que se encontraba acostado. Los primeros indicios apuntan a que el origen del incendio pudo ser un cigarrillo, después de que se descartara una estufa, concretamente un brasero que había en la casa, como foco del fuego.
El hombre, un obrero jubilado, había confesado sus achaques a sus vecinos. «Juan, ya no puedo ni subir las escaleras», le dijo a un amigo. Vivía solo desde hacía unos seis años, cuando falleció de enfermedad su segunda mujer. Poco después, una perrita que tuvieron de mascota también le dejó solo. Urbano no tenía hijos y un hermano era su familiar más directo. Precisamente, fue él quien dio la voz de alarma alrededor de las cinco de la tarde de ayer al acudir a visitar a Urbano y descubrir que salía humo de la vivienda, señaló ayer un portavoz del Departamento de Interior. El allegado dijo a la Policía que el hombre llevaba unos días «pachucho» y que el día anterior, el viernes, se había metido en la cama «porque se encontraba mal».
La Ertzaintza y los Bomberos investigan ahora las causas que pudieron originar el incendio. Jose, un vecino del mismo bloque, explicaba ayer que notó un «pestazo a humo en la escalera a las siete de la mañana, pero no llamé a nadie porque pensé que sería algún puchero quemado, no le di más importancia». Otros residentes en el portal contiguo, sin embargo, realizaron dos llamadas a los Bomberos de Bilbao a las ocho de la mañana y a las doce del mediodía alertando de que había un intenso olor a humo en la zona, según informó un portavoz del Ayuntamiento de Bilbao. Una dotación del servicio de extinción se presentó en la barriada y, mediante un aparato que mide el nivel de monóxido de carbono en el aire, intentaron localizar el foco del humo. Sin embargo, la concentración era tan pequeña que no permitía situar el fuego.
Parcialmente carbonizado
Posteriormente, a las cinco de la tarde, los Bomberos regresaron a la calle Ugarte después de que el hermano de la víctima viera humo por la ventana. Al entrar en el domicilio, encontraron el cuerpo sin vida de Urbano sobre la cama. El incendio no se había extendido por la vivienda, sino que se había extinguido en la misma habitación. Según las primeras investigaciones, el cadáver presentaba quemaduras y en algunas zonas estaba parcialmente carbonizado. La autopsia determinará si quedó inconsciente antes de que le alcanzaran las llamas, posiblemente por inhalación de humo, sin descartar otras dolencias, señalan fuentes de la investigación.
Al cierre de esta edición, agentes de Inspecciones Oculares de la Ertzaintza se desplazaban hasta el piso donde se registró el incendio en busca de pruebas. El cadáver fue trasladado a las siete de la tarde al Instituto de Medicina Legal de Bilbao.
«El viernes por la tarde fue a jugar la partida donde los jubilados, vivía solo pero se arreglaba bien, se hacía su comida, y cuando quería se iba al bar a comer. Iba bien 'aseadito'», apuntaba ayer una vecina que conocía a Urbano «de toda la vida».
elcorreo.com
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