El Espacio Karola tendrá un paso efímero por la Aste
Nagusia. El nuevo recinto habilitado en Bilbao para acoger los 'grandes'
conciertos de las fiestas cierra hoy su oferta
musical con la actuación de Juan Magán y no volverá a abrirse nunca
más. Así lo anunció ayer el alcalde, Iñaki Azkuna, tras reiterar que la
explanada del Museo Marítimo «no es el sitio adecuado» para que se
concentren miles de personas. El primer colapso del recinto, que tuvo
que cerrarse el jueves cuarenta minutos antes de que arrancara la
actuación prevista al alcanzarse el aforo máximo permitido -8.850
personas-, ha sentenciado un área cuya seguridad mantiene en vilo a los
responsables municipales durante toda la Semana Grande.
Pese a que el Ayuntamiento había diseñado un protocolo de
actuación sin precedentes para controlar la zona de conciertos, y
aunque se conocía de antemano qué actuaciones podían poner a prueba los
límites físicos del recinto, todas las previsiones se desbordaron el
jueves. Una marea humana ocupó el espacio musical... y también su
entorno. No se produjeron incidentes ni desórdenes cuando la Ertzaintza
cortó el único acceso a la explanada, llena hasta los topes, pero
aquellos que se quedaron fuera no abandonaron la zona: abarrotaron la
rotonda y el puente Euskalduna, generando situaciones de riesgo que los
equipos de seguridad -Ertzaintza, Policía Municipal, Bomberos y una
contrata privada- no pudieron atajar.
El dispositivo municipal incluía el control instantáneo
del aforo mediante cámaras de vigilancia, vallas en todo el perímetro de
la explanada del Marítimo para evitar caídas a la ría, un equipo de
buzos por si, a pesar de todo, alguien acababa en el agua e, incluso,
mallas opacas para impedir que el personal se congregara en el puente
Euskalduna para seguir la música desde las alturas. Lo que no estaba
previsto es que el levadizo se llenara hasta los topes y que muchos
jóvenes acabaran apoyados -o incluso sentados- sobre las pequeñas
barandillas del paseo, varios metros por encima del Espacio Karola. «La
infraestructura no está preparada para eso», reconoció la pasada semana
el director de Protección Civil y los Bomberos de Bilbao, Andoni
Oleagordia.
Pequeño incendio
Como la música puede escucharse desde cualquier parte, la
marabunta que no pudo 'superar' el cordón policial establecido en el
muelle de Olabeaga para cerrar la entrada al área musical también
'colonizó' el entorno del Palacio Euskalduna. Hubo que cortar la
circulación en el Sagrado Corazón para garantizar la seguridad, y
aquellos que tuvieron que cruzar la zona en coche tras salir del teatro
se las vieron y desearon para esquivar peatones.
Hubo algún otro problema. Cuando apenas habían pasado
treinta minutos desde el inicio del concierto, una dotación de Bomberos
tuvo que irrumpir en el Espacio Karola y proceder a sofocar un pequeño
incendio registrado
en el pantalán del museo. Para ese momento, la Policía Municipal ya
tenía controlado el acceso a la explanada desde el barrio de Olabeaga,
por donde se colaron unas cuantas personas mientras todos los agentes se
centraban en restringir el paso desde el Euskalduna. En todo caso, lo
que más exasperó a todos aquellos que se quedaron sin entrar fue ver
salir a gente del concierto sin que el acceso volviera a abrirse. Un
dato: el Espacio Karola alcanzó su tope de aforo a las 23.20 horas, pero
media hora después el aforo había bajado en más de 200 espectadores,
pese a que un millar esperaba que hubiera hueco. El recinto vuelve a
ponerse a prueba esta noche con Juan Magán, el concierto 'estrella' de
la Aste Nagusia. «Intentaré que sea la última vez que se utilice para
estas cosas», aseguró el alcalde. Tendrá que consensuar la decisión con
la comisión de Fiestas, aunque la seguridad manda.
elcorreo.com
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